Como de costumbre, el año nuevo trajo consigo una nueva lista de ideas, metas y resoluciones, con la intención de lograr cambios significativos en nuestras vidas. Pero al pasar los días, muchas de estas quedan ocultas en la gaveta del rezago. ¿A qué se debe que no podamos concluir con éxito las resoluciones trazadas? Sabemos que la falta de motivación interna es una de las causas principales de esos desaciertos en la vida, además de la mala planificación y carencia de compromiso.
En sanscrito, antiguo lenguaje de la India, se utiliza el término vrat para designar la palabra resolución. Con el vrat se hace resolución de alcanzar una meta y dedicarse a su logro como disciplina, dándole gran poder a la conciencia interna. De esa forma, uno puede garantizarse un cambio permanente al momento de tomar decisiones en torno a metas enfocadas hacia el logro positivo de un nuevo estilo de vida.
Observemos la resolución más común que nos hacemos al comenzar cada nuevo año: mejorar la dieta. Si entendiéramos esta resolución como un proceso de modificar patrones de conducta autodestructivos, para transformarlos como gesto de amor propio y hacia cada ser viviente y el Universo, estaríamos escogiendo la responsabilidad ante la dejadez. Y estaríamos contribuyendo, verdaderamente, a la obtención de un cambio positivo. El permitirse dominar el cambio en el modo de alimentación es un paso necesario para alcanzar el logro de otras metas igualmente deseadas, como el abandono de patrones adictivos, abusivos o maltratantes.
Comparto contigo algunas prácticas espirituales posibles para comenzar a concretizar el cambio que quieres ver en ti:
· Acepta que existe una Fuerza Suprema que está siempre latente en ti y aprende a confiar en ella.
· Visualiza el cambio que quieres realizar como algo ya dado. Siéntete como si ya hubiese ocurrido: abraza la nueva idea de cambio y coexiste con ella.
· Limpia la casa, metafórica y literalmente hablando. Identifica y elimina todo bloqueo físico y emocional, desde amistades que no tengan una visión optimista de la vida y en donde el trato no sea amoroso, hasta espacios amenazantes que promuevan conductas enfermizas o de sufrimiento. Elimina de tu vida cualquier tipo de programación que fomente la negatividad. Igualmente, dispón de bebidas y alimentos que inhiban la capacidad de pensar con claridad y estar centrado.
· Al nivel emocional, escoge pensamientos y experiencias seguras y amorosas: de alto nivel vibratorio. Apela a ellos en todo momento, en especial cuando te sientas en desatino.
· Reconoce el don de la invulnerabilidad que te da la Creación y que eso te capacita para eliminar cualquier cosa que te haga sentir limitado. Sólo tú tienes el poder de dominar tu cuerpo. Jamás pienses que estás a expensas de otros.
· Sé flexible contigo mismo y con los demás. Existen cientos de sucesos que pueden llevarte a pensar que has fracasado en lograr la meta deseada. Pero si eres flexible y mantienes una mentalidad abierta, siempre habrá espacio para encontrar opciones creativas que te lleven a concretarla.
· Utiliza las afirmaciones positivas y visualizaciones que te pondrán a tono con la meta establecida.
· Sé honesto contigo mismo y mantén la congruencia entre pensamiento y acción, ya que ambas cosas deben ir de la mano si quieres ser verdaderamente íntegro en relación al cambio a manifestarse.
Recuerda, siempre, que todo es posible cuando entendemos que somos guiados por el Creador y derramamos nuestra confianza en sus manos. Todo lo cambiante, ambivalente y oscuro resulta de nuestra mente y ego. Por lo tanto, siempre podemos recapacitar, perdonar, corregir y volver a intentarlo desde otra perspectiva, porque a pesar de nuestros cambios en el plano en que creemos estar, seguimos siendo parte de la Esencia Divina.
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